Cómo ser español según The Times

POR Chris Haslam   TRADUCIDO POR Elena Ruano Cusac

Chris Haslam es redactor de viajes de The Sunday Times y autor del polémico artículo “How To be Spanish” publicado el pasado mes de enero en el rotativo británico The Times. En este texto, Haslam asegura, entre otras cosas, que el buen español «nunca dice "gracias" o "por favor" y es impuntual por naturaleza». Además, el polémico reportero concluye que los españoles “olvidan las nociones básicas anglosajonas de educación, discreción y decoro”. 

Llegue siempre tarde, a no ser que un toro le esté persiguiendo.

El primer paso para ser español es aprender el idioma. Broncearse y diferenciar las tapas de los “pintxos” son los pasos dos y tres, respectivamente. Pero todavía queda un largo camino por recorrer si quiere hacerse pasar por algo que no sea un guiri. No obstante, hay algunos atajos que le pueden resultar útiles.

En primer lugar, olvídese de las nociones anglosajonas de cortesía, discreción y decoro, ya que ser español supone entrar a un bar, besar y abrazar a completos desconocidos, gritar “¡oiga!” al camarero y tirar al suelo todo aquello que no pueda comer ni beber. Salvos los vasos. Eso sería demasiado. Pero puede deshacerse de los “por favor” y los “gracias”. Resultan tan innecesarios…

Si es mujer y quiere ser española, siempre lleve consigo un abanico. Aquí es una herramienta, no un regalo que cualquier guiri compraría. Además, e  independientemente de su sexo, intente desarrollar esa insólita habilidad española de saber instintivamente dónde está el buen ambiente.

También tiene que darle rienda suelta a esa lengua. Hablado (o mejor dicho, gritado) el español está repleto de obscenidades de asombroso ingenio y de conciencia anatómica y, ¡ojo!, no importa el interlocutor. En Salamanca oí decir a un profesor en una excursión escolar a sus alumnos “que se fueran de una p*** vez a comer” y que el “cab***” que no estuviese a las 15.30 h “lo dejarían tirado a su suerte y los servicios sociales se encargarían de él”. A los niños no pareció importarles aquello, a pesar de que ser español requiere un completo desprecio por la puntualidad: llegar con 30 minutos de retraso se considera temprano y bastante irrespetuoso.

Es necesario tener nociones de etiqueta sobre la mesa. Puede empezar desayunando con una tostada, sobrasada y un cortado. Pero ni se le ocurra preguntar por la mantequilla, este es un país de aceite de oliva. Deje lo que esté haciendo a las 11 de la mañana y salga a por una cerveza y algo para picar. Con eso debería aguantar hasta las 2 de la tarde, hora de la comida. Puede degustar un menú del día compuesto por primero, segundo y postre, lo que le llevará entre dos y tres horas. Luego, échese la siesta.

Próxima parada: tapas. Siempre puede localizar a los británicos ya que son los únicos que entran a un abarrotado bar de tapas y no se pueden creer que haya una mesa libre. Los españoles desprecian las mesas. Las tapas han de comerse en la barra del bar, mientras le grita al camarero y tira todo lo que pille al suelo, ¡excepto los vasos! No se olvide de eso.

Después de cenar, vaya a casa y ponga un rato la tele. Got Talent y Sábado Deluxe (parecidos al show de Jeremy Kyle pero para famosos) son buenas opciones. Probablemente están emitiéndose en la tele del bar, pero con tanta gente gritando no escuchará nada.

Las diez en punto es la hora de la cena. Comience con una cerveza o vino tinto frío, porque los cócteles o cubatas son para después de la cena. ¡Ah! y asegúrese de comer todo lo que se ha pedido. Los países que han sufrido hambrunas se toman muy en serio esto. No se exceda con las propinas (aquí eso no se hace), sea ambivalente sobre los toros y, finalmente, lleve siempre su teléfono móvil al baño. Esto es a) para que pueda ver los mensajes de su amante secreto, y b) porque todas las luces del baño activadas por el sensor de movimiento en la Península Ibérica están programadas para apagarse pasados cuatro segundos.