Vida universitaria y depresión

POR Joseph Bryant REVISADO POR Helena Entrena Serrano

Cuando me diagnosticaron una enfermedad mental, concretamente depresión, llegué a dudar de que realmente la tuviera. Con frecuencia oímos hablar de personas que presentan síntomas de depresión tras un suceso traumático, tal como la muerte de un ser querido o el despido del trabajo. No obstante, este no fue mi caso, e incluso me sentí culpable por sentirme deprimido aun teniendo una vida perfectamente cómoda y sin dolor. Pero ahí yace uno de los principales malentendidos acerca de la depresión: puede afectar a cualquier persona. 

En mi primer año de universidad me di cuenta de que algo no iba bien. Los días parecían desdibujarse en un largo período de tiempo e incluso el color comenzó a volverse opaco y monótono. Al principio no quería contárselo a nadie y sólo decía "sí, estoy bien, no te preocupes", algo que estoy seguro que todo el mundo ha dicho en algún momento cuando, en realidad, no es verdad. Cuando finalmente tuve el valor de hablar con un amigo cercano, recuerdo que la forma más fácil de explicar lo que sentía era diciendo que sentía que algo dentro de mí me impedía físicamente ser feliz. Siguiendo el consejo de mi amigo, y tras muchas semanas ocultando mi dolor, decidí ir a un médico, lo cual condujo a mi diagnóstico. 

Mis amigos, mi familia y mis profesores me han apoyado mucho y siempre les estaré agradecido. Por mucho que la medicina pueda ayudar, rodearse de personas positivas es primordial. Otra cosa que hay que recordar es que no estás solo. De hecho me pareció increíble el número de personas que no se sorprendieron del hecho de que tuviera una enfermedad mental, ya que ellos también habían tenido su propia experiencia. La dura realidad es que creo que tengo más amigos que han experimentado problemas de salud mental, que amigos que no han sufrido ningún problema de este tipo.

En general, la universidad se considera la mejor época de tu vida, pero todo el mundo está de acuerdo en que es un periodo de mucho estrés, y tu salud mental puede verse afectada. Por lo tanto, espero que no sean necesarios, pero aquí dejo una breve lista de consejos que puedes seguir en el caso de que tu salud mental empeore.

1)    Escribe, escribe, escribe. - Sé que la última cosa que quieres hacer después de un largo día de seminarios y clases es ponerte a escribir, pero tener un diario es fundamental. El proceso de reproducir y poder plasmar tus sentimientos te ayuda a identificarte con ellos. Además, en el caso de ser necesario, puedes leerle alguna parte al médico o a tus amigos para explicarles claramente cómo te sentías en un momento particular.

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2)    Establece metas realistas y alcanzables. - Tienes que tener en cuenta que nadie espera que hagas un milagro todos los días. Cada persona tiene rutinas y ritmos distintos y, por este motivo, debes ir paso a paso. Intenta encontrar metas alcanzables como, por ejemplo, vestirte para ir a la universidad todos los días o prepararte el almuerzo. Podrás correr una maratón en el futuro, pero por ahora tómatelo con calma. 

3)    Esfuérzate por socializar. - Me solidarizo totalmente con los estudiantes que no tienen ganas de socializar cuando se sienten deprimidos. La idea de estar solo, tirado en tu cama viendo Netflix siempre resulta atractiva. Sin embargo, es esencial que te impongas cierta disciplina a ti mismo. Aunque por ahora pueda parecer una buena idea quedarse solo, a largo plazo es muy importante que socialices con tus amigos y que te comuniques con ellos frecuentemente.