Vivamos para nosotros mismo

POR Marcus Ketley REVISADO POR Nuria Guarc

En la vida hay dos tipos de personas: las que piensan primero en sí mismas, y las que piensan primero en los demás. Es decir, algunas viven su vida de manera egoísta y hacen lo que les gusta cuando quieren sin importarles lo que piensan los demás de ellas, y otras viven según las reglas y normas de sociedad, preocupadas por lo que se dice de ellas. Hay pocas personas que consiguen un equilibrio, pero hace un rato me di cuenta de que puedo cambiar un poco mi vida y conseguirlo.

Las opiniones de las personas que nos rodean influyen en nuestra personalidad, lo que establece la sociedad como correcto es lo que hacemos. Es decir, si ‘la sociedad’ dijera que tener el pelo largo no está de moda, la mayoría iríamos a cortarnos el pelo, ¿verdad?. ¿Por qué? Como seres humanos deseamos que todos nos acepten, por ello,  hacemos cosas que en realidad no queremos para que la sociedad nos apruebe. Pero, ¿por qué? No lo sé, y tampoco soy titulado en psicología para entender la razón por la que los ser humanos funcionamos de esta manera, pero lo que sí sé es que tenemos que cambiar de actitud y vivir nuestras vidas de una manera que refleje nuestros seres verdaderos. Siempre me ha importado lo que la gente piensa de mí, y por ello, por miedo a que todos me juzgaran, he tomado algunas decisiones y caminos en la vida que no reflejan mi verdadero ser.

Llevo tres años comiendo aguacates porque cada día veo un video en Instagram de unos cazatendencias preparándolos y diciendo que “es lo que todos están comiendo en Hollywood”.  Es decir, los como porque una persona que no conozco ha dicho que es lo que se come en Hollywood… . Suena muy raro ¿no? Vivo en Norwich y como una comida que no tiene nada de sabor porque es lo que se hace en otra parte del mundo. ¡Que esto termine ya!. Yo soy un individuo, yo vivo mi propia vida y desde ahora voy a enfocar mi vivencia hacia mí mismo. Si algún amigo me dice que debería vestirme diferente porque mi ropa no está de moda, ¿voy a hacerlo? No. Si un amigo me dice que debería ir al gimnasio porque todos en París van al gimnasio cinco veces a la semana, y todas las revistas dicen que necesitamos hacerlo también, ¿voy a ir? No. Si mi madre me dice que tengo que limpiar mi habitación, ¿voy a hacerlo? Sí, pero esto es diferente. No quiero decir que ser egoísta esté bien, lo que quiero decir es que es importante anteponer nuestras preferencias y deseos sin que nos importe otra opinión que no sea la nuestra.  

En la vida hay muchas oportunidades que solo nos pasan una vez y las perdemos porque en aquel momento no están de moda o porque nuestros amigos no quieren hacerlas. Necesitamos cambiar nuestra actitud y hacer lo que realmente nos gusta, no lo que hace algún amigo o alguna persona en Instagram que no conocemos. Se dice que la vida empieza cuando acaba nuestra zona de confort, pero hasta que conozcamos el límite de esta zona y dejemos de vivir para los demás seremos prisioneros detenidos entre paredes que controlan nuestras vidas. Aunque los seres humanos vivimos en comunidad, no somos animales que viven en manadas, y por eso no tenemos que seguir a los demás. La importancia de liberar  nuestro verdadero ser es más grande que nunca. Aunque estamos en 2018, los límites que la sociedad estableció hace cientos de años todavía existen y nos impiden volar. Tenemos que vivir como queramos sin que nos importen esos límites. Empecemos un movimiento, empecemos a vivir para nosotros mismos.