Las transformistas de Rupaul: reconstruyendo el género

POR Dan Siddorn   REVISADO POR Soledad González

El programa RuPaul’s Drag Race emite en este momento su décima temporada. Además, ha logrado un importante éxito con varias series derivadas, incluida All Stars, que recientemente ha terminado su tercera temporada. Sería un eufemismo decir que RuPaul’s Drag Race es un fenómeno cultural. El programa incluye representaciones revolucionarias de hombres homosexuales, mujeres transgénero y personas no binarias y ha ayudado a redefinir cómo nosotros, el público, el concepto de género. Como dijo la ganadora de la penúltima temporada, Sasha Velour: “el género es un invento social, ¡despedazadlo!”. Esta definición es perfectamente palpable en una de las escenas iniciales de todos los capítulos de cada temporada: el de-dragging. Ver a estas mujeres tan hermosas y exageradas quitándose las pelucas y las pestañas postizas para transformarse en criaturas masculinas enfatiza el hecho de que el género es simplemente una actuación.

En la primavera del año 2009 se estrenó un programa de televisión muy distinto a los programas del momento. Un programa de telerrealidad que se rodaba en un plató de Hollywood (con cierto parecido a un almacén cubierto con pintura fluorescente) y con mínimo presupuesto. La presentadora es RuPaul, transformista afroamericana e icono LGBT de los años noventa. RuPaul alcanzó la fama en el año 1993 con su sencillo Supermodel (You Better Work) y buena parte de su fama se debe a las pelucas rubias gigantescas que utiliza y más aún a su humor feroz. En una entrevista con Rolling Stone en 2013, RuPaul describió drag como “un acto de traición en una cultura dominada por hombres”  y cuando Drag Race empezaba a emitir en un momento completamente plagado de estereotipos homosexuales y pocas representaciones realistas, RuPaul y sus ‘locas’ (jerga española que hace referencia a las transformistas) cometieron el gran acto de traición contra el hipermachismo.

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Entre las nueve locas de la primera temporada se encontraban Victoria ‘Porkchop’ Parker, una veterana de la escena pageant (concursos de belleza) con la cara desfigurada por un ataque con ácido; Bebe Zahara Benet, una africana refinada con un voluminoso pelo afro y un estilo tribal y elegante a partes iguales; Ongina, una loca calva de poca estatura quien reveló su condición de VIH positivo durante el cuarto capítulo; Shannel, una cabaretera de Las Vegas con vestuarios desmesurados y un muy segura de sí misma; y Nina Flowers, una puertorriqueña con unos looks absurdos que se centran más en la androginia artística que en la feminidad tradicional. Este elenco tan diverso mostraba al público que las transformistas también tenían estilo, personalidad y trasfondos eclécticos distintos, no pudiendo ser representadas por estereotipos superficiales.  

Los elencos de las temporadas siguientes continuaron siendo variadas y diversas, pero también demostraron que el drag manipula y reinterpreta las normas de género que la sociedad nos impone cada día. Desde las transformistas ‘fishy’,  interesadas en replicar la belleza femenina tradicional como Courtney Act  y Farrah Moan  hasta las transformistas ‘genderf*ck’ , dispuestas a poner en tela de juicio el binarismo de género e incluo  otras que buscan introducir aspectos andróginos a su drag como Milk y Acid Betty.

Un caso especial es el de Trixie Mattel, una transformista cómica que apareció en la séptima temporada de Drag Race y también ganó la tercera temporada de All Stars. Trixie es famosa por su comedia negra y por su maquillaje exagerado (y casi inhumano) y por su apariencia estrafalaria en drag. En una entrevista con AfterBuzz TV, Trixie dijo “se debería apreciar a las mujeres sean como sean. Las mujeres pueden ser masculinas.” .

En drag Trixie no se intenta enjuiciar las normas de belleza femenina, más bien satirizar las expectativas de belleza que la sociedad inculca a las mujeres desde que son niñas, por eso su estilo de maquillaje está inspirado en las tradicionales muñecas Barbie.

En las últimas temporadas, RuPaul’s Drag Race ha empezado a burlarse de las normas tradicionales de género, haciéndolo además sin pudor alguno. Durante la séptima temporada hubo un desafío en que las transformistas tuvieron que presentar un vestuario elegante con la cara pintada y con barba. El objetivo del desafío no fue mofarse de las barbas, sino celebrar la belleza de la mujer barbuda.

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Drag Race admite transformistas que se identifican como mujeres transgénero y personas no binarias. Ejemplos destacados incluyen a Violet Chachki, la ganadora de la séptima temporada, quien goza creando siluetas hiperencorsetadas y fuera del transformismo se viste con un estilo más femenino; Kylie ‘Sonique’ Love, participante de la segunda temporada, quien salió del armario e hizo público su identidad como mujer transgénero durante el último capítulo de su temporada; y Peppermint, la subcampeona de la novena temporada, leyenda en la escena de drag en Nueva York y la primera mujer transgénero en participar abiertamente en la competición. A pesar de unos comentarios transfóbicos de RuPaul en una entrevista con The Guardian , en la que sugirió que a las mujeres transgéneros que habían transicionado completamente con hormonas y implantes de seno no podrían competir, el programa RuPaul’s Drag Race continúa aceptando participantes con identidades de género diversas y estilos de drag variados.

Con diez temporadas, 126 transformistas y más de cien capítulos Drag Race ha presentado un espectro interminable de representaciones de género desde la hipermasculinidad hasta la hiperfeminidad, entre otros. Como dice RuPaul: “todos nacemos desnudos, el resto es drag”.