Comunicación inagotable e imparable

POR Patrizia Bucher REVISADO POR Alfredo José Castro Jiménez

La mayoría de nosotros nos rodeamos siempre de las mismas personas, sea en la universidad, en el trabajo, en casa o en nuestro círculo de amigos más cercano. Esta rutina facilita bastante la comunicación. No obstante, si salimos de dicha zona de confort y vamos incluso más allá de nuestra cultura nos damos cuenta de lo desafiante que puede resultar comunicarnos de forma correcta y exitosa. Por ello, resulta fundamental hablar de esta forma de comunicación que tanta fascinación ha generado a lo largo de la historia. En concreto de la comunicación no verbal entre diferentes culturas que, según el antropólogo Albert Mehrabian, representa el 55% del contenido de cualquier acto conversacional, mientras que sólo el 7% se hace a través de las palabras.

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Profundizar en el campo de la comunicación transcultural es una tarea tan compleja que ni siquiera los expertos han podido abarcarla de forma global ni dar explicaciones científicas para resolver todas las dudas existentes al respecto. La Taberna UEA ofrece en este noveno número algunos consejos básicos que podrían ser útiles para poder interactuar y reaccionar de forma existosa con otras culturas y quien sabe, quizás despertar un interés mayor en los lectores.

Toda comunicación se refiere a la transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor. En la comunicación no verbal (CNV en adelante) las señales pueden ser gestos, lenguaje corporal, posturas, expresiones faciales, contacto visual, espacio personal u otras. El código, es decir, comunicarse de forma no verbal, suele distinguirse notablemente de una cultura a otra, y es por eso que los malentendidos surgen a menudo en asuntos interculturales.

Es fundamental saber que la CNV ocurre continuamente y la mayoría del tiempo inconscientemente siendo un excelente espejo de las emociones reales de nuestros interlocutores. Por ello, concienciarnos de su evidencia en sus diferentes formas puede ayudarnos a interpretar adecuadamente lo que transmite otra persona y enviar nuestros mensajes más claramente.

Muy probablemente, la mayoría de los que estáis leyendo este artículo habéis interactuado en algún momento con una persona de una cultura diferente a la vuestra. En esos momentos tendemos a apoyarnos en el idioma común creyendo que la comunicación se produce principalmente mediante las palabras. Aunque comunicar de forma verbal puede transmitir el mensaje más rápidamente, el lenguaje corporal no puede olvidarse ni minusvalorarse, ya que cada cultura tiene el suyo propio, y avanzar en su conocimiento resultaría enormemente enriquecedor para todos.

¿Qué significa para ti, por ejemplo, mover la cabeza de arriba hacia abajo? Si crees que es un gesto universal para afirmar o confirmar algo te encontrarás con momentos de gran confusión en países como Bulgaria donde su significado es el opuesto. ¿Y has pensado alguna vez sobre el espacio personal entre dos personas? Mientras que en España en un entorno familiar o amistoso lo normal es darse un par besos en las mejillas para saludarse o despedirse, en Inglaterra en cambio no se suele hacer tan a menudo y en la cultura japonesa nunca.

En algunas culturas mirarse a los ojos significa respeto y atención a los demás mientras que en otros rinconces del planeta todo lo contrario. Se podría incluso interpretar como un insulto o señal de mala educación como pasa en la mayor parte del continente africano donde el contacto visual con personas mayores está mal visto del mismo modo que empezar a hablar antes que estas. Muchos de los gestos y posturas se pueden calificar como reglas tácitas que una persona ajena a la cultura no tiene por qué saberlas. Aun así, conocer los matices culturales en lo que se refiere a la comunicación no verbal puede llegar a tener un impacto sustancial. Como en todo, hay diferencias más sutiles que otras. Además, el no respetar algunas de dichas reglas tácitas podría tener consecuencias más graves que otras.

Por todo ello, para gozar de una comunicación bilateral clara y precisa es imprescindible prestar especial atención a todo lo que no se dice directamente. En este acelerado mundo de hoy muchas veces resulta tedioso tomarse unos minutos para analizar los detalles de una conversación, si bien hacer ese esfuerzo merece notablemente la pena porque aprenderemos con rigor y profundidad acerca de una cultura y también acerca de las personas diferentes que conforman un mundo global y diverso.

Empieza a observar con todos tus sentidos (para eso los tenemos) y verás que existe un mundo maravilloso y completamente desconocido.