El Movimiento Zapatista

POR Lucia Rovnakova REVISADO POR Alfredo Castro

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) surge como un movimiento inspirado en Emiliano Zapata, uno de los líderes militares y el símbolo de la resistencia campesina en México. Los Zapatistas no sólo adoptaron el nombre de Zapata, sino también su lema favorito: «La tierra es de quien la trabaja.». El comienzo del Movimiento Zapatista se asocia con Rafael Sebastián Guillén Vicente. Vicente trabaja como profesor de diseño en la Universidad Autónoma de México, cuando decide abandonar la docencia y viaja a la zona campesina del sureste mexicano. Allí se fija de la segregación y opresión que experimenta la población  indígena. Indígenas constituyen un 15% de los habitantes de México, siendo la población indígena más grande de América Latina. La mayoría viven en el estado de Chiapas, junto a la frontera con Guatemala. A lo largo de la historia de México, los indígenas han sido excluidos de la toma de decisiones del gobierno. A pesar de ser uno de los estados más ricos de México en recursos naturales como el petróleo, gas, madera, maíz y café, según los datos publicados por el Servicio Internacional para La Paz (SIPAZ), Chiapas sigue siendo uno de los territorios más pobres económicamente. Sus habitantes no han podido disfrutar de los derechos humanos ni de servicios básicos como la educación y la asistencia médica de buena calidad como el resto de los mexicanos.

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El movimiento EZLN surge en 1983. Sin embargo, no es hasta el año 1993 que los Zapatistas llaman la atención de los indígenas, pidiendo que se levanten contra el sistema unipartidista que los ha marginalizado durante tanto tiempo. Los líderes se aprovechan del miedo de los agricultores a que la competencia internacional los elimine del mercado local. El 1 de enero de 1994 se rebelan juntos contra la reforma agraria que pretende privatizar ejidos y granjas comunales. Ésta es solo una de las numerosas reformas implementadas por el gobierno mexicano en 1993 que permite que México se una al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Liderado por Rafael Sebastián Guillén Vicente, conocido también como Subcomandante Insurgente Marcos o Subcomandante Galeano - el principal ideólogo y portavoz del grupo, el EZLN lanza una ofensiva militar con el fin de ocupar siete cabeceras municipales del estado de Chiapas, demandando «democracia, libertad, tierra, paz y justicia» para los indígenas. Los zapatistas empiezan la rebeldía ocupando 4 pueblos de Chiapas, atacan al gobierno y piden que el presidente Carlos Salinas de Gortari renuncie por completo, lo que motiva a muchos más pueblos para unirse a su causa. Después de 11 días de violencia, tras la muerte de más de 300 personas, el gobierno mexicano y los rebeldes indígenas inician negociaciones y dan alto al fuego.

Los Zapatistas tardan 2 años en enumerar sus intereses y finalizar formalmente los Acuerdos de Paz de San Andrés. Sus principales intereses son: trabajo, tierra, vivienda, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Ya que el gobierno mexicano firmó el acuerdo del TLCAN 2 años antes, no hay mucho margen para la negociación. El gobierno está obligado a adaptar las leyes sobre agricultura a las de Canadá y EE.UU. Ésta no es la única razón por la que el gobierno está dudoso en firmar el acuerdo con el Ejército Zapatista. Asimismo, las protestas ocasionan inestabilidad social, causando que los inversores internacionales pierdan interés en la economía. Además, si se les concede autonomía, existe la posibilidad de que México se fragmente y que las zonas indígenas se independicen completamente, formando su propio estado. La única solución al problema es mandar al ejército mexicano a la zona para que obstruya el levantamiento y restablezca la estabilidad de la economía.

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Cuando el gobierno se da cuenta de que los indígenas no se van a rendir, el Congreso Mexicano cede a las demandas. Se aprueba una ley que reconoce el carácter multicultural del Estado mexicano, garantiza el derecho de los pueblos indígenas a participar en la formulación de políticas de sus comunidades y a conservar sus lenguas, así como sus tierras, siempre que no intenten socavar la soberanía de México. En consecuencia, se concede autonomía a las comunidades indígenas y se establece una nueva relación política, económica, social y cultural entre el gobierno y los pueblos indígenas. El gobierno también funda la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), un órgano encargado de supervisar el desarrollo integral y sostenible de los pueblos y comunidades indígenas de México.

El 1 de enero 2021 marcará 27 años desde el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y su presencia en Chiapas sigue siendo importante. La condición actual de los pueblos muestra que las demandas del EZLN no han sido muy exitosas. El Gobierno mexicano no ha logrado reducir los niveles de pobreza ni mejorar la calidad de vida en Chiapas: la violencia, la desigualdad social y las violaciones de los derechos humanos persisten. Más de 50 % de la población de Chiapas no dispone de ningún ingreso. Lo que encontramos en el sureste de México hoy son numerosos pueblos que no se rigen por las leyes, sino por lo que decide el pueblo y sus representantes. Se trata de sociedades pequeñas de 200-300 personas que prohíben la entrada a representantes de la ley, la policía, la migración, el ejército, incluso a los camioneros. Los pueblos están llenos de letreros de aviso como este:

Está usted en Territorio Zapatista en Rebeldía. Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece. Zona Norte, Junta de Buen Gobierno.

Se prohíbe estrictamente el tráfico de armas, siembra y consumo de drogas,

bebidas embriagantes y venta ilegal de madera.

No a la destrucción de la naturaleza.

EZLN

La sociedad ha tomado iniciativas en cuanto a crear su propia estructura. Cada pueblo elige sus representantes que concurren regularmente a asambleas denominadas Juntas de Buen Gobierno. Las asambleas se llevan a cabo en Caracoles, centros administrativos de las regiones autónomas zapatistas inspiradas en la cultura maya. El objetivo de éstas es ser punto de encuentro entre el mundo zapatista y el resto del mundo. A fin de combatir la pobreza y mejorar las condiciones de vida, algunas comunidades han logrado construir sus propias escuelas, tiendas, gasolineras y comedores. Para conseguir gasolina de buena calidad, viajan a ciudades grandes y traen cientos de litros de gasolina para el pueblo. Los comedores locales son baratos ya que se cocina con ingredientes del cultivo local. El 67% de la población indígena se dedica a agricultura o venta de ganado. Otro logro muy importante son las clínicas autónomas en esta región. El EZLN ha sido capaz de construir centros de salud, en los que se atiende a gente de todos los ejidos cercanos. Los médicos tratan cualquier tipo de padecimiento leve o crónico aquí y en caso de que sea necesario, se realizan campañas de operaciones. El servicio es gratuito, financiado por ingresos de la comunidad.

La rebelión zapatista desempeñó un papel importante en la expansión de los derechos de los indígenas en México. Ha inspirado la creación de la CDI, ha animado la participación política indígena en México y sobre todo ha garantizado una mayor preservación de sus tradiciones, idiomas y formas de vida.  Mientras que la rebelión zapatista ha concienciado no solo a México, sino también a todo el mundo sobre los problemas a los que se enfrenta la población indígena mexicana, las condiciones de vida no han mejorado mucho en Chiapas y la marginación que los pueblos indígenas experimentan a diario sigue siendo alarmante.