Argentina en el alambre

POR Matt Ladd REVISADA POR Raúl Cruz Delgado

Desempleo, un gran déficit presupuestario y la deuda del préstamo más grande de la historia del FMI de 57.100 millones de dólares. Está claro que Argentina tiene unos problemas económicos graves - y ni siquiera hemos entrado a mencionar la taza de hiperinflación asombrosa.

Sin embargo, una vez más, el pueblo argentino optó por el regreso de los peronistas con la nueva coalición dirigida por Alberto Fernández como presidente y la figura divisiva Christian Fernández de Kirchner como vicepresidente. Su coalición Frente de Todos obtuvo el 48,10 por ciento de la votación popular. Pero en un país con una población mayoritariamente alfabetizada, con reservas expansivas de minerales tales como carbón, cobre y oro y además con el estatus de ser una parte del G-20, ¿por qué sigue habiendo décadas enseguida de incertidumbre económica?

Bueno, se podría argumentar que la oscilación continua entre dictaduras militares y el peronismo ofrezca alguna explicación por la prolongada volatilidad económica. A lo largo de los periodos en los que han gobernado los peronistas, sus agendas políticas han dependido de dos políticas principales: la excesiva intervención gubernamental y el elevado gasto público.

Aunque la campaña la dirigiese Alberto Fernández, muchos votantes declararon que votarían por Christina. A Kirchner se le ha citado en múltiples ocasiones por decir que el peronismo siempre “vino a reparar”.

Entonces, en una economía con una moneda que se devalúa rápidamente, con el 35 por ciento de todos los empleados nacionales trabajando en el sector público y con un nuevo incumplimiento de deudas en 2018, ¿cómo puede el gobierno seguir pagando el elevado gasto en programas sociales y departamentos gubernamentales? Bueno, por el uso de las impresoras fiscales.

Generalmente se dice que una de las causas principales de la elevada inflación se debe a la emisión de dinero a lo largo de los años por parte del banco central (BCRA) desde su creación en 1935.

Como respuesta a varias reclamaciones sobre el nivel de inflación volátil, algunos funcionarios han responsabilizado a los inversores por especular demasiado.

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Un caso fundamental de la mala gestión económica que se ha publicado recientemente en los medios de comunicación ha sido la causa de los cuadernos. Se trata del escándalo de la distribución corrupta de obras públicas a las principales constructoras argentinas. Bajo los gobiernos de Néstor y Christina Fernández de Kirchner, han tenido lugar varios casos de corrupción en los que el gobierno aprobaba proyectos muy sobrevalorados a cambio de sobornos de hasta un 20% del total de dichos proyectos. Y lo que es peor todavía, es que muchas de estas obras publicas se quedaron sin terminar.

Entonces, ¿qué se puede hacer para terminar con 50 años de una inflación demasiado elevada? El anterior presidente, Mauricio Macri, introdujo una política de gradualismo para realizar reformas económicas que recuperasen la confianza del mercado internacional. No obstante, algo que Macri dejó de hacer era decrementar el déficit público y por esto la inflación continuó siendo demasiado elevada.

Muchos economistas ven claramente y defienden que la solución es bastante sencilla – recortar el gasto público, equilibrar el presupuesto fiscal y reducir la dependencia del BCRA. En vísperas de los comicios, Steve Hanke, de la universidad de John Hopkins, aconsejó a Macri que suspendiera el BCRA y que dolarizara al país. Tal vez algunas políticas más drásticas puedan ser necesarias para afrontar una crisis económica tan grave. ¿Pero, veremos cambios drásticos bajo del regreso de los peronistas? Al parecer, los votantes habían estado exigiendo una reforma económica y la “pobreza cero” antes del triunfo de Fernández y de Kirchner. Si repasamos las políticas realizadas por los gobiernos peronistas a lo largo de la historia, es posible que veamos alguna reducción de pobreza a corto plazo. Sin embargo, si el nuevo gobierno peronista no llega a aprender de los errores económicos que se cometieron en el pasado, el pueblo argentino puede empezar a preocuparse.