Mucha historia para tan poco texto

POR Jack Bennett  REVISADO POR Alfredo José Castro Jiménez

El 1 de octubre de este 2017, y de acuerdo siempre a los datos ofrecidos por el parlamento catalán, más del 90% de la población catalana que votó lo hizo a favor de la independencia de la región autónoma de Cataluña. Al igual que ocurrió con el Brexit y con el referéndum de independencia de Escocia que tuvo lugar en 2014, es fácilmente comprensible que hay mucha gente que cree en la necesidad de votar para decidir el futuro de un país o una región. Pero lo cierto es que el fervor y el deseo por la independencia han existido desde hace décadas en Cataluña y siempre ha sido confrontado por el gobierno estatal.

La zona de Cataluña ha sido habitada desde hace  de años por diferentes poblaciones, pasando por griegos, romanos a los visigodos, modificando permanentemente la geografía y construyendo ciudades.

Las primeras referencias que hablan de Cataluña datan de inicios del siglo XII, aunque se cree que el nombre hacía referencia a una zona cultural más que política o geográfica. Bajo el reinado de Alfonso II a finales de este siglo XII fue cuando Cataluña fue reconocida como una entidad enteramente legal. Después de este reconocimiento la región fue creciendo gradualmente con un desarrollo especialmente importante en 1283, cuando las Cortes Generales de Cataluña decidieron que la zona no iba a aceptar las reglas del Reinado de Aragón sin el beneplácito de estas cortes.  

Setenta años después estas mismas cortes decidieron que, con el fin de recaudar los impuestos de la población con más facilidad, se creara la Diputació del General de Catalunya, ahora llamada Generalitat  y que todavía continúa como gobierno regional.

Todos estos avances en la autonomía de Cataluña comenzaron a retroceder con la llegada de los Reyes Católicos en el año 1469, período considerado como el inicio de una España unificada. Durante los siglos siguientes Cataluña se enfrentó sin éxito a las leyes que procedían de la Corona, situación que acabó con una revolución (1640-1652) contra ésta para intentar que se reconocieran los derechos de los catalanes.

En el año 1716 Felipe III anunciaba que Cataluña se convertiría en un territorio perteneciente al Reino de Castilla, un movimiento que se produce como consecuencia de la falta de apoyo que esta zona había mostrado con la Corona durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1713).

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Como la mayoría de Europa, Cataluña experimentó una revolución industrial durante el siglo XIX que resultó en la consolidación de Barcelona como epicentro de la industria del país. Sin embargo, esta industrialización no se tradujo en más autonomía para la región. De hecho, ocurrió todo lo contrario.

Con el final de la Guerra Civil Española en el año 1939, el régimen dictatorial de Francisco Franco impuso restricciones lingüísticas, políticas, y culturales en Cataluña con el único fin de promover una versión de España como país unificado. El uso del catalán quedó prohibido en los medios de comunicación y la Generalitat de Catalunya acabó siendo cerrada.

Pese a esta situación, la población catalán mostró su desacuerdo con estas restricciones mediante la publicación clandestina de folletos y material propagandístico en catalán. El final de la dicatadura en 1975 permitió que Cataluña votara la Constitución del 78 que acabó dotando de mayor autonomía y poder a la región, incluyendo la reapertura de la Generalitat.

Desde hace décadas Cataluña ha experimentado un desarrollo importante de su economía y se ha convertido en una de las comunidades más pudientes de todo el territorio nacional. No obstante, la lucha por disponer de más autonomía ha continuado, especialmente durante los últimos diez años, con la llegada de la crisis financiera en 2008, crisis que afectó seriamente a España.

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Ante este deseo de autonomía, y alentado por la economía estatal y regional, el porcentaje de la población con deseos de independencia ha crecido exponencialmente. El referéndum del 1-O (1 de octubre) es la culminación de esta situación. La historia de Cataluña está llena de enfrentamientos y disputas con el estado español.  

No resulta difícil entender las razones por las que muchos catalanes ansían la independencia pero, ¿qué va a ocurrir? La incertidumbre es palpable. Desde Madrid no parece que vayan a cambiar de opinión y cedan a un posible diálogo. Todo parece indicar que, ante esta situación, como ha ocurrido historicamente, los catalanes seguirán luchando por su independencia.