¿Cómo pueden sobrevivir las lenguas minoritarias en la era digital?

POR Jeremy Colin Evas (The Guardian) TRADUCIDO POR María José Mompeán Mejías

A medida que la tecnología prolifera, la cultura y la sociedad dependen cada vez más de ella y las lenguas minoritarias luchan por encontrar su lugar en el mundo digital. 

El lenguaje es mucho más que el simple hecho de hablar con los demás: es una de las bases de la identidad y de la cultura. Pero como cada vez el mundo está más globalizado y depende más de la tecnología, el inglés se ha impuesto una vez más como la lengua franca.

La infraestructura tecnológica que ahora domina nuestra vida laboral y privada está dominada completamente por el inglés, lo que significa que las lenguas minoritarias están más amenazadas que nunca. 

Pero también podría ser cierto que la tecnología podría ayudarnos a llevar las lenguas minoritarias a una mayor audiencia. Aunque si miramos la otra cara de la moneda, podríamos aprovechar esta situación y ayudar a reforzar la diversidad lingüística en lugar de perjudicarla. Esta es una de las principales sugerencias que han hecho una serie de artículos, el más reciente de los cuales se centra en el idioma galés en la era digital.

La Medida de la Lengua Galesa de 2011 le dio al galés el estatus de lengua oficial en Gales. Se basa en la legislación anterior que pretendía garantizar que los organismos que prestan un servicio al público en Gales, incluso aquellos que realmente no son originarios de Gales, deben prestar los servicios en galés.

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Cada vez hay más servicios en línea, y por eso la lengua en que se presenta estos servicios es muy importante. A nivel europeo, alrededor de 55 millones de personas hablan diferentes de las oficiales de la UE. En Reino Unido, el total de hablantes de galés, córnico, gaélico escocés e irlandés asciende a cientos de miles.

Los avances en la tecnología del lenguaje significan que será posible que las personas se comuniquen y hagan negocios entre sí, incluso si no hablan el mismo idioma. 

La tecnología no es perfecta

Estas herramientas de tecnología del lenguaje y de procesamiento del habla a la larga servirán como un puente entre diferentes idiomas, pero las disponibles hasta ahora aún no alcanzan este objetivo ambicioso. Actualmente tenemos servicios de búsqueda de respuestas como los que se encuentran en los sitios de compras, e interfaces de lenguaje natural como los sistemas de traducción automática, aunque a menudo se centran en los idiomas más hablados como el español o el francés.

En la actualidad, muchas tecnologías lingüísticas se basan en enfoques estadísticos imprecisos que no utilizan métodos, normas y conocimientos lingüísticos más profundos. Las frases se traducen automáticamente comparando la frase nueva con miles de frases previamente traducidas por los humanos.

Esto no beneficia a las lenguas minoritarias. La traducción automática de frases sencillas en idiomas con cantidades suficientes de material de texto disponible puede lograr resultados útiles, pero estos métodos estadísticos superficiales están condenados al fracaso cuando hablamos de idiomas que tienen mucho menos material de muestra.

La próxima generación de la tecnología de la traducción debe ser capaz de analizar las propiedades estructurales más profundas de los idiomas si queremos utilizar la tecnología para reforzar las lenguas minoritarias en lugar de perjudicarlas.   

Una pequeña charla sin importancia para sobrevivir

Tradicionalmente las lenguas minoritarias han logrado sobrevivir gracias a su uso en ámbitos informales. Aunque se use en casa o entre amigos, los hablantes se ven obligados a cambiar a la lengua mayoritaria en los ámbitos formales, como en la escuela y el trabajo.

Mientras que antes el uso informal significaba hablar, ahora a menudo significa escribir. Solíamos hablar en persona con nuestros amigos y familia, pero ahora hablamos por internet a través del correo electrónico, la mensajería instantánea y las redes sociales. Los servicios en línea y el software necesario para que esto sea posible se suministran por defecto en el idioma mayoritario, especialmente en el caso del inglés. Esto significa que debemos esforzarnos mucho más para poder comunicarnos en el idioma minoritario, y como consecuencia, aumenta su vulnerabilidad. 

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Los entusiastas están al tanto de este problema y están surgiendo soluciones de origen multitudinario. Los voluntarios han producido una versión de la interfaz de Facebook en galés y están creando otra para Twitter, así que ¿quién sabe qué será lo siguiente?

También es posible que las tecnologías del lenguaje actúen como una especie de pegamento social entre los hablantes dispersos de un idioma en particular. Antiguamente, cuando un hablante de un idioma minoritario abandonaba su comunidad, las posibilidades de que continuara hablando ese idioma se reducían de manera drástica. Pero hoy en día los hablantes pueden estar en contacto con su lengua minoritaria a través de múltiples maneras.

Las comunidades se están desarrollando cada vez más en Internet y esto gira en torno a un interés común, que podría ser un idioma compartido. Puedes ser amigo de alguien que vive a cientos de kilómetros de distancia basado en un interés o un lenguaje compartido de una manera que hace 20 o incluso 10 años no era posible.

A menos que hagamos un esfuerzo, la tecnología podría servir para privar aún más de sus derechos a los hablantes de lenguas minoritarias. A David Cameron ya se le conoce por estar interesado en una aplicación de análisis de sentimientos para el iPad con el objetivo de controlar las redes sociales y otros datos en vivo, por ejemplo. Pero si esa aplicación sólo recoge información y opiniones que se publican en inglés, ¿cómo puede controlar los sentimientos de los ciudadanos británicos que escriben en galés, gaélico o irlandés?

En cuanto al aspecto cultural, necesitamos subtítulos automáticos para los programas y el contenido de la web para que los espectadores puedan acceder al contenido de la televisión y de plataformas como Youtube. Con la traducción automática, aquellas personas que no hablan dichos idiomas, podrían acceder al contenido.

Todo esto requerirá mucho esfuerzo. Tenemos que llevar a cabo un análisis sistemático de las particularidades lingüísticas de todos los idiomas europeos y luego elaborar el estado actual de la tecnología que los soporta. Pero es un esfuerzo que merecerá la pena.