La dislexia y el aprendizaje de lenguas

POR Ashley Bourke       REVISADO POR  Daniel Cabeza Campillo

Navegar por el metro de Londres surcando todas sus líneas, todos los colores, me recuerda a un laberinto que me puede desorientar. Salir de casa a primera hora con todo lo que necesito para el día es un gran logro. Ir a mis clases, reuniones y demás actividades es todo un desafío. Estas cosas pueden parecer difíciles y, de hecho, en la universidad las obstáculos continúan. Vivo con dislexia y dispraxia, que son dificultades del aprendizaje ocultas. En este artículo voy a explicar estas dos condiciones y, lo que es más interesante, cómo repercuten en mi vida como estudiante de lenguas.

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Una definición de dislexia es la siguiente: “La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura de carácter persistente y especifico que se da en niños y adultos que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo”. En el Reino Unido se estima que una de cada diez personas tiene un cierto nivel de dislexia, ya sea moderado o severo, lo cual quiere decir que no es igual para todos. Además, muchas personas sufren dislexia sin saberlo. Por ejemplo, yo no supe que tenía dislexia y dispraxia hasta la edad de veinte años durante mi primer año de universidad.

Actualmente estudio dos lenguas en la UEA: español y francés. A pesar de encontrar realmente díficil varios aspectos de mi lengua materna, inglés, por alguna razón siempre me sentí atraída por el estudio de otras lenguas modernas. Creo que la enseñanza animada e interactiva me atrajo enormemente y, hasta la fecha, sigo inmersa en estos idiomas.

A decir verdad, es evidente que hay problemas a los que he de hacer frente y que son, sin duda, frustrantes. Por ejemplo:

- El tiempo para completar mis trabajo, ya que puede llevarme horas hacer algo realmente simple.

- Mi confianza en mi capacidad se ve afectada seriamente por estas condiciones, pero ahora que estoy pasando mi año en el extranjero estoy aprendiendo a tener mucha más confianza en mí misma.

- Esta falta de confianza conduce a mucho estrés y ansiedad.

- Cuando hablo con espontaneidad, a veces altero el orden de las palabras, me quedo en blanco, cometo errores de pronunciación y concordancia, etc. Yo creo que estos problemas son más evidentes en el trabajo escrito.

La escritura

Para mí, lo más difícil es cuando trato de releer mis trabajos. Sea cual sea la lengua encuentro muy difícil identificar lo que no está bien y es incorrecto. Y eso para mí puede ser una de las cosas más frustrantes porque cuando un amigo o un profesor subraya mis errores, puedo decir en muchos casos lo que es incorrecto y cómo cambiarlo. Tengo métodos para tratar de minimizar las faltas. Para ello leo mis trabajos en voz alta y me concnetro en cada frase. Sin embargo, durante los exámenes es mucho más difícil porque hay un límite de tiempo. Recientemente, para mejorar mi escritura he empezado un blog en el que puedo escribir libremente, sin tener tanto miedo de cometer faltas y escribir sobre cosas que me interesan.

Pero, ¿cuáles son mis mayores dificultades en los dos idiomas que estudio en UEA?

Creo que en general se me da mejor el francés, sobre todo a la hora de escribir, pero por una razón básica, y es que lo he estudiado durante más tiempo que el español. Sin embargo, la fonética francesa puede ser muy desafiante, especialmente por los sonidos ocultos al final de las palabras y los sonidos particulares, que son verdaderamente difíciles de pronunciar. En cuanto a mi nivel de español, creo que me cuesta más la escritura, mientras que la pronunciación me resulta más fácil. Esto se ha demostrado mediante numerosos estudios realizados realizados por lingüistas, ya que la fonética es más simple. Los sonidos son algunas veces como aparecen escritos, menos los sonidos ocultos, por supuesto. Uno de los aspectos positivos es que, a través del estudio de lenguas, mi nivel y mi comprensión de inglés han mejorado mucho.

Por eso, gracias al hecho de haber vivido con estas dificultades y con el conocimiento y el entendimiento de mis condiciones, he aprendido a abordarlas y casi superarlas. Tengo virtudes como la perseverancia y tengo la necesaria determinación para salir adelante con lo que disfruto: las lenguas modernas. Cuando termine mi grado, me gustaría dedicarme a la enseñanza o al periodismo, ya que son las carreras y profesiones que me fascinan. Si algo importante he aprendido hasta el momento es que el término rendición está lejos de mi léxico.