Los bioplásticos: ¿una solución viable al plástico?

POR Julia Cieslak REVISADO POR Kiara Guevara

El plástico es versátil, fuerte y resistente a la humedad y su producción es muy barata. Estas ventajas han provocado que la utilización de plásticos en productos de uso diario se haya extendido sin control ni regulación. Su uso desmedido y nuestra actitud de superconsumo y poca responsabilidad han provocado ya un problema ambiental sin precedentes.

¿Qué es el plástico?

El plástico es un polímero compuesto por segmentos repetidos con una espina dorsal de carbono. En general, cuando hablamos de plásticos nos referimos a productos sintéticos de química.

La durabilidad del plástico es responsable del problma que estamos teniendo porque es resistente a la biodegradación natural. El plástico es una combinación de elementos de extracto del crudo que son remezclados. Estas nuevas combinaciones son artificiales así que son desconocidos para la naturaleza. Es posible decir que los plásticos son indestructibles en términos de biodegradabilidad.

El plástico se puede fragmentar con un efecto de radiación ultravioleta. El proceso recibe el nombre de fotodegradación y continúa hasta un nivel molecular. En realidad siempre estas moléculas van a ser plásticos, sin importar el tamaño diminuto de los mismos. Esto es un problema evidente porque estos fragmentos minúsculos resultan imposibles de limpiar y los consumen los organismos microscópicos.

¿Cuáles son los problemas asociados al plástico?

El plástico y sus subproductos forman la basura de las calles y de los océanos y contribuyen a la aparición de problemas de salud.

Los problemas ocasionados a este producto son a menudo causados por el tiempo prolongado que necesitan para su descomposición. Las tasas de descomposición varían porque sus componentes y fuerza dependen de su uso. Una taza de plástico puede tardan en descomponerse 50 años. Al contrario, un sedal puede descomponerse en no menos de 600 años.

La mayor parte de los plásticos termina en el mar. Casi 18 millardos de plástico entran al océano cada año. La contaminación de los océanos por el plástico es cada día más visible en el agua y es que este material puede formar manchas de basura muy evidentes pero, al mismo tiempo, muchos desechos de este material son a menudo microscópicos. Estos fragmentos son muy peligrosos porque, a largo plazo, son ingeridos por los animales marinos y el zooplancton. En muchos casos, los animales se asfixian por los plásticos de mayor tamaño. Estos restos se acumula en el organismo, de ahí que se sitúe en la parte superior en la cadena alimenticia. Los animales no pueden digerirlo así que sus estómagos se llenan impidiendo la entrada de alimento. La acumulación de plásticos es un peligro no solo para los animales, sino para la gente que consume animales que han acumulado previamente plástico, como es el caso de muchos pescados.

Los plásticos desprenden sustancias químicas durante su descomposición, entra la que destacan el bisfenol A (BPA). Este elemento interrumpe el sistema endocrino porque puede actuar como nuestras hormonas, de ahí que este BPA se haya asociado recientemente con la aparición de cáncer, problemas reproductivos y enfermedades cardiovasculares.

A nadie le sorprende la necesidad como ciudadanos responsables de reciclar el plástico, pero, a pesar de que la mayoría del plástico sí puede ser reciclado, en ocasiones, algunos envases contienen diferentes tipos de plástico que dificultan su tratamiento. También, algunos plásticos no pueden ser detectados por máquinas, como bandejas de comida de plástico negro, frecuentemente usadas en los supermercados de todo el mundo. Por consiguiente, y según National Geographic, solo el 9% de plástico es reciclado.

¿Qué hacemos actualmente?

Tenemos varias iniciativas para combatir el uso desmedido de plástico, por ejemplo, las microesferas de plástico, que están siendo prohibidas de forma que hemos llegado a reemplazar cosas tan básicas como las pajitas de plástico por otras de papel. Otra medida no menos importante es la venta de bolsas de plástico que antes eran completamente gratuitas y que ha generado una reducción de su consumo en más de un 80%. En general, los gobiernos quieren abandonar el uso de todo plástico innecesario en los próximos 25 años. Sin embargo, el plástico se ha convertido en una parte casi imprescindible de nuestras vidas. Nuestra sociedad requiere una alternativa igualmente funcional pero con un impacto ambiental menos perjudicial.

El bioplástico

La búsqueda de alternativas para el plástico convencional se ha convertido en un área de creación e innovación. En principio, una alternativa posible biodegradarlo en componentes naturales. Normalmente, estas innovaciones son producidas con materiales de plantas que permiten su biodescomposición. Así pues, el bioplástico es, simplemente, un plástico que se forma de una planta u otrosmateriales biológicos en vez de petróleo.

Un material básico para algunos plásticos biodegradables es el almidón, un producto de las plantas. Cuando este material es sometido a un tratamiento mediante calor se forma el almidón termoplástico que es flexible y más fácil de modelar. En condiciones normales el almidón termoplástico debe ser mezclado con poliéster, a menudo derivado del procesamiento petroquímico para ser tan efectivo como el plástico. Esto hace que sea más difícil mantener el mismo proceso de degradación natural porque el material contiene elementos artificiales como un plástico convencional.

Probablemente el bioplástico más prometedor es el poliácido láctico (PLA). PLA es un poliéster alifático termoplástico derivado de recursos renovables procedente de productos como el almidón de maíz, la tapioca o la caña de azúcar. En función de su composición se puede controlar si el bioplástico degrada rápidamente o dura varios años. Este plástico ha tenido muchas aplicaciones hasta ahora. Por ejemplo, las botellas de Innocent, una marca de smoothies, se producen con 15% de PLA. Sin embargo, el PLA tiene desventajas, como muchos otros bioplásticos. Se ablanda a temperaturas cerca de 60 grados, así que no es apropiado para la producción de bebidas y comida calientes. También, la producción de PLA es bastante cara si se compara con plásticos procedentes de petróleo crudo. Sin embargo, el precio de petróleo crudo está por encima porque no es renovable y, por consiguiente, la diferencia de precio es decreciente.

¿Son los bioplásticos una verdadera solución?

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recoge que un uso extendido de los bioplásticos ni disminuye el volumen de plástico que entra los ambientes marinos ni reduce los peligros químicos y físicos del plástico en el agua.

Este informe muestra que una biodegradación total del bioplástico se produce en condiciones que raramente se cumplen en los ambientes marinos. Además, hay evidencias de que la gente tiende más a tirar bioplásticos.

Si todo el plástico de un solo uso fuera biodegradable no habría suficiente infraestructura de compostaje para manejarlo. El bioplástico puede terminar en el vertedero, un sitio de compostaje industrial, o puede ser reciclado. Actualmente mucho plástico biodegradable o reciclable termina en el vertedero donde, enterrado y sin oxígeno, se biodegrada lentamente y durante años. En realidad, el compostaje industrial es necesario para calentar el bioplástico y permite la degradación por los microbios. Sin eso, el bioplástico funciona de manera muy parecida al plástico de petróleo.

Otra preocupación sobre los bioplásticos es que la tierra se usa para el cultivo de plantas para el plástico, no para la comida y abastecer con alimentos territorios afectados por hambrunas debería ser una prioridad por encima de cualquier otra cosa.

Dicho esto, lo cierto es que los bioplásticos apoyan una economía rural y agraria porque la biomasa es cultivada en todo el mundo. En contraste, el petróleo es concentrado en regiones y es menos accesible para las economías más pobres. Por eso, el bioplástico puede ser una buena solución en países de desarrollo para crear más trabajos. Es más, un argumento a favor del uso de bioplásticos es la necesidad de reducir la huella de carbono. Si un producto de bioplástico libera carbono cuando está deshecho, agrega menos carbono a un plástico de petróleo porque las plantas que se han usado para producir el bioplástico usaban carbono durante su brote.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, sin una infraestructura adecuada para manejarlos, los productos bioplásticos pueden terminar como ejemplos de ‘lavado verde’ (Greenwashing en inglés). Esto viene a decir que a los consumidores se les engaña cuando se habla de la sostenibilidad auténtica de un producto. Se debe resaltar que la situación del plástico es muy complicada. El bioplástico no es la única solución, pero es una medida en la dirección correcta para combatir el problema extendido del plástico. Es triste decir que, en realidad, el plástico ha causado daño, mucho del cual probablemente no podamos reparar en los próximos años. Sin embargo, los expertos están convencidos de que con más innovación y educación sobre el problema, se podrán evitar daños futuros.