130 escalones para disfrutar de Tallín

POR Joseph Bryant         REVISADO POR María Aguín Blasco

El Casco Viejo

Si has tenido la oportunidad de disfrutar de las conocidas películas de animación de Shrek puede que este viaje a Tallín sea en realidad una visita a la localidad ficticia de Far Far Away.  El casco antiguo de la capital de Estonia goza de un sorprendente nivel de conservación del patrimonio. Subir las 130 escaleras de la Iglesia de San Olaf permite al visitante disfrutar de la parte más histórica y cultural de la ciudad. La vista panorámica es increíble y una visita obligada para cualquier turista. En la plaza principal el turista encontrará restaurantes tradicionales, tortuosas calles de extraordinaria belleza y un ambiente mágico, tal y como desprende Far Far Away  en la historia de los ogros verdes más famosos del planeta.

La ubicación

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Mi estancia en Tallín formó parte de un viaje de una semana por Helsinki y posteriormente en la capital estonia. Lo cierto es que Tallín tiene una excelente ubicación ya que desde esta ciudad se pueden visitar otros lugares cercanos de forma fácil, rápida y muy económica. Nuestra ruta comenzó en barco entre Helsinki y Tallín, un pasaje inolvidable en una embarcación de enormes dimensiones con todos los servicios necesarios. Aunque hablaremos de la metrópolis escandinava de Helsinki en otro artículo de esta publicación, es  importante reseñar que ambas ciudades están conectadas por el golfo de Finlandia por un precio que no supera los 80€ por 3 pasajeros. Además de Finlandia, el viajero dispone de otras opciones si desea combinar su viaje a Estonia con otros países como Rusia (San Petersburgo), Letonia (Riga) o Suecia (Estocolmo). Un buen recorrido por Tallín no exgiriá más de 2 días puesto que es una ciudad relativamente pequeña, lo que convierten a la capital estonia en un viaje  perfecto para un fin de semana o de algunos días más si se combina con otra gran capital del norte del viejo continente.

¡Ándate!

Tallín es una ciudad muy cómoda, muy cercana y accesible para el viajero ya que puedes recorrerla sin necesidad de utilizar transporte público. Esa es la verdadera esencia de un destino pequeño, pasear por las calles estrechas y explorar la historia del lugar. Sin embargo, también es cierto que muchas de sus calles son similares, por lo que no es de extrañar que uno llegue a pensar: “juraría que ya hemos pasado por aquí”.

Telliskivi

Es la zona más alternativa y hipster de la ciudad. Es el Brooklyn o el Shoreditch de Tallín y sorprende por su carácter e idiosincrasia. Hay numerosos mercados en antiguas fábricas renovadas en las que se puede comprar ropar vintage y e incluso artículos y objetos procedentes de conflictos bélicos. Hay locales destinados al ocio y la restauración lejos de lo convencional, cómo por ejemplo un restaurante vietnamita en un antiguo contenedor de barco o un bar interesante alojado en vagones de trenes remozados.  Una rica cerveza Óllenaut y un allegro enérgico de Arvo Pärt servirán para despedir la estancia en la mágica Tallín.